viernes, 20 de junio de 2008


Te ví, luciérnaga, volando y sobrevolando la cabecera de mi cama.Iluminando los retazos de la noche en una danza distante.Lejos, lejos de atraparte, me quedó la suerte de rodear tu luz con mis ojos. Y fui tarde a todos lados, y nunca llegué cerca tuyo. Te levantaste cicatrizando y yo te miro, muñequita de rayo, yo te miro de a ratos bordear la locura con lámpara de cuerpecito natura.Te ví luciérnaga, perdiéndote entre las sombras, rematando la negrura con tu vela desentendida. Yo te miro, acostumbrada a esos instantes de vuelo que aterrizan los amaneceres de a pedazos.Agria encrucijada de tu aleteo permanente, impermeable. Jugás entre mis dedos apostando al cierre impredescible de mi puño asesino. Y yo te dejo acariciarme, desnudar tu cuerpo de insecto sobre mis hombros, yo te dejo iluminar. Libre y lejana, muñequita de rayo.Te ví luciérnaga, velando mis noches de sueño amargo. Te ví.

No hay comentarios: